Hemos decidido incorporar las legumbres a nuestra alimentación y ahora descubrimos porqué nuestras madres y abuelas cuando las cocinaban lo hacían durante tanto tiempo o incluso les añadían comino – esas semillas que luego eran tan difíciles de separar y que daban a la comida un sabor “singular” no siempre apreciado -.
Descubrimos porqué nos decían que no era conveniente cenar pepino, melón o pimiento crudo, ahora notamos que son difíciles de digerir y pueden afectar negativamente al sueño.
La nueva forma de alimentarnos va a proporcionarnos aquello que estamos buscando; bajar de peso. Pero al tratar de perder peso nos damos cuenta que algunos tenemos “efectos laterales no deseados”.
Según se descubre el artículo Perder Panza y Exceso de Gases, la incorporación de determinadas verduras y formas de cocinar puede provocar la aparición de gases.
Puede parecer poco apropiado hablar de algo que genera tanto pudor, pero es un problema del que no debemos avergonzarnos, máxime cuando siguiendo los sencillos consejos que se dan en el artículo antes mencionado, el problema se minimiza hasta su práctica desaparición sin tener que recurrir a los fármacos.
No todos los cuerpos son iguales y no todos reaccionan igual, pero si este es su problema no siga sufriéndolo, lea el artículo y aplique lo que allí se expone y el problema pasará al recuerdo, por lo que podrá centrarse en su objetivo de Perder Panza y mostrar abdominales.
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